Las cosas bellas
Cada vez me doy cuenta de lo inusual que es mi vida respecto al grupo de donde crecí. No lo negaré, es algo solitario siempre prevenir la franqueza (y no me refiero a aquella inoportuna "sinceridad"); me refiero: qué de mal gusto es esquivar y tratar de imaginar de antemano los temas tabú o que quiebran la ilusión de "optimismo" y "resiliencia" de tus compañeros de conversación, las palabras que la otra persona cree que son "altisonantes".
No lo sé, creo con firmeza que todos nos estamos yendo a la mierda y no hablar de esto como un tema que pertenece a nuestra cotidianidad tampoco es que demande que te cortes las venas hoy, que te hable de esto no significa que te estoy dando un cachetadón o cosa parecida, o que será algo con lo que martillaré la conversación hasta morir. Pero parece que para algunos otros es algo que pasaría.
Hay un sentido de resignación que me invade cada vez más en relación a este tema, una separación entre las personas que siguen viviendo como si nada estuviera pasando y cuyo siguiente gran problema para ellos es tener la plata para comprar los boletos para ver a Karol G (no es exageración, puedo dar ejemplos).
AH.... Estos párrafos pueden confundirse con los de unx adolescente "incomprendidx por la sociedad", pero vamos. Ya estamos viejos y/o curtidos por el mundo exterior para no darnos cuenta de un par de cosas, al menos, e intentar conversarlas sin irnos a los puños (metafóricamente hablando).
AH.... Estos párrafos pueden confundirse con los de unx adolescente "incomprendidx por la sociedad", pero vamos. Ya estamos viejos y/o curtidos por el mundo exterior para no darnos cuenta de un par de cosas, al menos, e intentar conversarlas sin irnos a los puños (metafóricamente hablando).
Ese afán de querer tapar el sol con un dedo por parte de la familia y amigos, así como (para variar) sentir que me dan el rol de la loca de la casa y del universo por la enésima vez harta un poco. Pero a la vez, hay una contra ola en todo esto que es que ahora tengo la plena consciencia y fuerza de voluntad para pararme y saber que no lo soy. Y que no dejaré enmierdarme por ese sentimiento de alienación que algunas personas comparten y para lo cual usan a un chivo expiatorio de su normalidad para sentirse conformes con sus percepciones y arreglos cognitivos. No pues. No soy esa persona. Y más bien, siempre he sido yo misma con este sentimiento desde que tengo uso de razón y que en este párrafo describo, solo que ahora me siento más en paz con todo esto. Lo cual es un alivio.
(ah, dejando de renegar: qué pasó con mi rueda cromática? pues se me pegaron los colores. hay mucho qué practicar)
(ah, dejando de renegar: qué pasó con mi rueda cromática? pues se me pegaron los colores. hay mucho qué practicar)
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