La espina de mi verdad.

Durante un buen lapso de mi vida he tratado de salir adelante con furia dejando atrás los malos recuerdos. Soy una persona melancólica por naturaleza, muy soñadora y eso es una joda pq no queda claro para la mente donde empieza la realidad y en qué parte inicia el recuerdo. 

Dicho esto, desorienta saber que casi no percibo mis emociones. Ocasionalmente hay eventos que abren un episodio (en el cual hubo un aparente proceso de cura) solo para mostrarte que quizás omitiste de tu lectura algunos hechos importantes o la visión del caos inherente a algunas personas (y q, por consiguiente, restan cualquier posibilidad de organización de ese recuerdo, trayendo nuevamente la frustración... )... Pasa con los recuerdos familiares, cuando quieres entender a una persona cercana, cuando te quieres entender a tí mismx. 

Estamos en plan postmoderno... sin embargo, a veces no llego a recordar que en este mundo ya no existe Descartes ni la expresividad romántica de las canciones de amor del s. XX, sino calentamiento global y terror cósmico. 

Al final, como la mente puede todo, te acostumbras a pensar que no puedes arreglarlo todo y vives con eso a la espalda. 
Ah, estaba hablando de mi sensibilidad: ¿Dónde estás, querida yo?
¿Dónde está la espina de tu verdad, rosa?




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