Cosas que se las lleva el viento
Hace unos días recontacté a una persona que quise mucho. Un chico, esta vez. Han pasado varios años desde que conversé con él cara a cara, más de 14 años. Ya los sentimientos están apagados y solo queda algo de tristeza.
Veo claramente que no podía rescatarlo ni un poco.
Veo en sus ojos gastados que él nunca podría llegar a conmoverme de una manera que me lleve a participar de un vínculo real. Es una amistad extraña y frágil, tangencial. Es triste, pero las cosas son débiles y parte de la belleza es justamente su fugacidad. Ojalá siempre encuentre la manera de estar bien.
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