El frío y sus lenguajes

Pues aquí, aún despierta a las 11:30pm en una ciudad húmeda y pensé que sin recuerdos. 

El humo, las personas como hormigas comprando y comprando más aquello que les sirve para ocultar que viven en una ciudad triste. En medio de esos rostros, creí ver el suyo, triste, confundido. En casa, la música de la época de mis padres sonaba alto y melancólica, contando historias de amor que ya no existen y no volverán a ver la luz en este siglo.    

Pensé en cómo había cambiado, en que solo pienso en mirar adelante a pesar que ciertas imágenes del pasado quedan redundando, casi vacíos y un poco ciegamente, alrededor del corazón. 

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