Cosas que no existen

Hace 9 años han pasado desde que dejé de quererla. Es doloroso darte cuenta que no puedes seguir amando, como creíste al inicio en que pensabas que podías con todo. Era inocente y despistadísima de mi misma. Empecé a sentir el peso de mi corazón y mi cuerpo cuando dejé de quererla, a entender que yo existía por mí misma, que mis errores me perjudicaban. La forma en que amaba en ese tiempo era como vivir sin mí. Desde que era niña me hicieron creer que no servía para nada, a pesar del amor que daba. Y que, dado a que era una inútil en todo lo demás, pensaba que quizás solo serviría para amar. 

Siempre pensé que me devolverían todo ese afecto en algún momento, aceptación. Cariño. Nunca fue así, siempre, ahora que lo veo bien, se me percibía como la parte débil de todo. Mientras más comprendo eso, la manera en que me aferré a mi sensibilidad y sentimientos, veo el daño que me ha hecho esta percepción de la vida. Las personas que más "he amado" han sido aquellas más distantes, más tóxicas, más chantajistas, más narcisas. Madres y padres de familia, amigos, amigas, personas: nunca condicionen sus afectos a nadie, denlos a mano abierta. Y si no pueden, váyanse. Aborten. No tengan amigos. 

Ahora que estoy al otro lado de esa historia, es aún extraño pensar en mí misma sin esa intoxicación. Pienso en mí misma y ahora que tengo cierta genuina autonomía, pienso en cómo regreso cíclicamente a este capítulo de mi vida para sabotearme: La amé, a ella con todo lo que era, pero de qué sirvió amarla. 

Hubo muchos errores, pero creo que sacando las cosas al fresco y después de 9 años, pienso que ya estuvo bueno autoflagelarse por tantos años. Es momento de pensar, una vez más, en cómo sobrevivir a mí misma.

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