Viajando sola

Hace unos días un ex novio estaba pasando por un problema de salud grave. Me contacté con él, ya que tengo una deuda pendiente. Hace un par de años me escribió que quería conversar conmigo y en ese momento me negué. A raíz de esta noticia consideré que quizás estaba cerrando una ocasión de conversar con alguien que quiere conversarme (cosa que no ocurre muy a menudo). La razón inicial para oponerme fue que ambos somos opuestos de una manera no complementaria. Demasiados pajaritos respecto a qué mujer buscaba dentro de mí (me refiero a una fantasía: no veía cómo es que él no notaba lo diferente que era al resto). Por otro lado, debo decir que yo tampoco fui la mejor compañera, lo tengo claro. Por una razón no nos volvimos a ver después de distanciarnos. Entonces ahora poco me animé a abrir esa puerta y esta vez dijo que no era necesario y todo ok. Después leo en su blog un post cargado de descreimiento y algo de cinismo haciendo alusión a una conversación histórica. Si es que hacía alusión a mi, no me doy por enterada del todo: Me considero insignificante como para siquiera plantear algo llamado de esa manera o concebido como tal, si acaso. Desde esa insignificancia que tengo respecto a la vida de cualquiera, es que escribo: Quizás es que quiero dar un punto de vista o crear un arreglo cognitivo. Lo primero que salga, vendrá por aquí.

Sobre eso: 

Creo que lo primero es que a estas alturas del pasado, los recuerdos se han vuelto borrosos y se han convertido en sensaciones bajo la piel que no tienen nombre ni forma. Han dejado su huella dentro de mí sin necesidad de dejar un nombre, lo que no quiere decir que no recuerde rostros y cosas que hacen sonreír así como lo opuesto. El pasado, creo yo, para mi a la fecha es solo una fantasía que se recrea a partir de mis necesidades y deseos. No puedo permitirme darle un valor de verdad o mentira, creo que sería injusto para mí misma así como para aquellos que se involucraron en mi vida. Con todo, solo podría hablar de quien fui a través de esos recuerdos reflejados con un ojo adulto, del día de hoy. 

Sobre las personas que ocuparon mi corazón, qué puedo decir? Me siento agradecida, pero nada más o nada menos. Me dieron lo que pudieron y con eso me quedo tranquila. Di lo que pude dar y listo. No tengo asomo de reclamo o reivindicación: ya todo ha pasado, ha dejado de tener ese valor que en su momento tuvo: generalmente mi punto de vista en ese entonces era corto y pobre. Ahora toma el valor respecto a cuán real fui, cuan sincera, cuan lúcida era entonces con esas personas. Las comparaciones suelen dejarme en walk over en esto. Y no me quiero culpar por ello, porque estoy aquí sin culpar a nadie, ni a la realidad, ni al engañoso espejismo de las palabras. Con mis manos genero universos que se crean y se destruyen. Sería fuera de lugar creer que soy algo más de lo que veo frente al espejo. Y eso soy. No sacarás de mi boca una palabra que te señale de una manera u otra. En ese salón vacío, solo encontrarás de pie, mientras tu espías, a mí misma frente al espejo, alucinando cada arruga y sonrisa que amenaza excederse en el límite del cinismo pero también de la estupefacción y la incredulidad vacía. 

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