Me costó recordar de dónde venía esta canción

Alguna vez me enamoré de una chica. Nunca, sino al final, me pudo decir que me amaba. Debí no insistir en andar con ella por las trabas que ella puso y sus miedos por un lado; y por otro, sus ganas de vivir plenamente a través de mi amor tan contradictoriamente. Me equivoqué mucho. No debí creer que era suficiente con lo que yo sentí tener. Detrás de su recuerdo, solo poemas, sueños que no se concretaron. Recuerdo haber pasado por situaciones que ahora veo claramente que fueron humillantes, también por momentos sublimes.

Sin embargo,  nada compensa haber creído durante mucho tiempo que, por los errores que cometí por aferrarme a una relación que ella nunca vio con futuro, no era susceptible de ser amada.

El recuerdo más vívido del color más profundo que he dejado atrás es el color vino sangre. Después de ello, creo que los sentimientos dejaron de tener representación y palabras, consistencia, tono.
Una abstracción que ahora mido en base a mis fuerzas, a las cosas que consigo y que una vez materializadas dejan de ser mías y son del mundo. La satisfacción de no necesitar cargar con nada más.

Creo que cuando se suele hablar de una persona, en especial cuando se la ha amado, se suele hablar de uno mismo. Piensa por qué razón me aferré a alguien que claramente me quería un día y al otro huía de mí. Sin embargo, sé que ella también me quiso.

Lo que me queda después de todos esos años que viví por medio de la antigua voracidad por vivir a través de otra persona es saber que yo soy yo, sin división. Sin mitad viviendo y la otra expectando desde una butaca. Dejar atrás esta historia me arranco de esa extraña dualidad que me protegía de ser yo misma.

Espero que ella esté bien en lo que esté haciendo.  Que en su casa no falte calor.





Comentarios

Entradas populares