Ahora

No quiero tener miedo de entregar mi corazón

Acabo de recordar esa medalla que siempre acaricio cada vez que algo duro me pasa y que hace valer la pena cada cosa que vivo y que hace que me entregue libremente. El beso frente al mar, quitarme la ropa y vencer, derrotar el desamor, la frialdad. Alguna vez lo hice.

Quisiera seguir siendo esa heroina.

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