Perspectiva

Hace un par de días desperté tratando de saborear ese placebo que solía ayudarme cuando me sentía sola o débil. Pero así como desperté, también se me presentó una idea a la que antes no había llegado antes: lejos de cualquier idealización, veo que en el fondo no fui la mejor, pero esta vez sin la cuota de horror y desprecio por mi misma.

Qué equivocada de rumbo que estaba, muy poco había visto de la vida. Cuán poco estuve dispuesta a ser yo misma, y eso que  hice por despecho, por ansia de reparación: esa forma tan corta de ver la justicia en el amor, el cinismo mas barato y las emociones más pequeñas.

Ahora que lo veo de este otro modo, oficialmente no tengo más placebos- Es un poco desolador ver que en ningún recuerdo soy la persona que fui antes de que iniciara ese camino tan veloz que fue correr por las pistas del deseo y del amor: esa chica dulce, buena amiga, noble y sin mancha.

PERO, hay algo que debo rescatar: No me siento mal, ya comprendí que asi un poco es la vida, aprender, probar, vivir intensamente, pararse, buscar el bien y ser mejor. No es que una quede marcada para siempre y te jodiste. No señor. Ya me lo perdoné, ya patee la cruz.

Aquí pues entonces, me ven tranquila, con otras preocupaciones en la cabeza, más limpia esta vez.
Sin supersticiones, sin tanto peso. Sin creer que soy una maldita. Estar lejos de ciertas personas me hace un bien tremendo. La luz desde hace varios meses me acompaña y estoy tratando de honrar su hermosa presencia.

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