Beetlebum

En la madrugada me sorprendió algo. Recordé a la persona que pude amar por primera vez. Acabo de recordar que mi mente era prácticamente la de una niña en ese momento. Lamenté en lo más profundo de mi ser esa primera experiencia para esa persona. Pienso en los daños y las pequeñas traiciones, ida y vuelta: era innecesario. Pura sensación y piel. ¿Qué dejó mi paso por el mundo en esos años? qué me devolvió la experiencia que no fuera corriente? 

Las palabras me han abandonado y siento que no tengo nada qué decir que valga la pena. Este diario solo sirve para mi constancia y ejercicio de mi consciencia. No hay mucho más dentro de mí. 

Lo bueno: me siento menos incauta respecto a los engaños con los que suelo perderme. Al menos tengo eso. Creo que no es poco. 

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